2 de abril de 2013

Francisco Cravioto y el monumento a Hidalgo.

La Cronista de Pachuca, Sara Montes, publicó ayer, en El Sol de Hidalgo, una interesante nota sobre la colocación de la primera piedra del monumento a Miguel Hidalgo, en la Plaza de la Constitución de Pachuca, durante la gestión de Francisco Cravioto como gobernador de Hidalgo. Reproduzco el texto completo:
 

El Sol de Hidalgo
1 de abril de 2013
Por Sara Montes Romero
Cronista de Pachuca de Soto

Pachuca, Hidalgo.- La Plaza de la Constitución es la más antigua de Pachuca. Ubicada en el Centro Histórico, tiene una gran tradición, pues con ella se inició el trazo de la ciudad y fue el eje de las principales actividades de los pobladores.

Su historia ha sido contada a través del tiempo por los historiadores, destacando el monumento con la estatua del Padre de la Patria, Don Miguel Hidalgo y Costilla, la cual fue considerada como la más hermosa de la República.

El diseño y construcción del mismo, con toda seguridad, fue encargado al escultor y arquitecto de origen italiano Cayetano (Gaetano) Tangassi, en el año 1886. Alguna vez se atribuyó su hechura a los hermanos Juan y Manuel Islas, artesanos de Real del Monte, y creadores del monumento fúnebre a Benito Juárez, en el Panteón de San Fernando; aunque es cierto que los mencionados hermanos hicieron una estatua del Padre de la Patria, ésta fue para la Ciudad de México, en el año 1872.

El inicio de la construcción fue muy importante, ya que dice la crónica que en junio de 1886 se llevó a cabo la colocación de la primera piedra de la obra, iniciativa del gobernador Francisco Cravioto.

Ese día, desde muy temprano, la fuerza del Estado se formó en la Plaza de la Constitución, los acordes de la música se empezaron a escuchar, igual que los repiques de las campanas de la iglesia que anunciaban a los habitantes de este mineral acerca de la solemnidad de la ceremonia.

Después de las once de la mañana llegó la comitiva que había salido de la casa de gobierno, pasando a ocupar el estrado que había sido preparado. Al frente iba el gobernador; a sus lados, como era la costumbre en los grandes eventos, sus hermanos don Rafael y don Simón, ambos ex gobernadores del estado, y los funcionarios del gobierno, que poco a poco fueron tomando sus lugares.

Al inicio, el doctor Navarro tomó la tribuna como orador oficial, siendo muy aplaudido. Siguió el señor Valenzuela, quien improvisó algunas frases que animaron al público, para dar paso a la lectura del acta del momento que decía: "Siendo los diez días del mes de junio de 1886, sexagésimo quinto de la Independencia Mexicana y décimo sétimo de la erección del Estado, el gobernador Francisco Cravioto, 5º. Constitucional de la entidad, colocó solemnemente la primera piedra de este monumento, consagrado como un tierno recuerdo de la gratitud hidalguense a la venerable y santa memoria del heroico párroco de Dolores, del inmortal Miguel Hidalgo y Gallaga, que en la madrugada del 16 de septiembre de 1810 inició la grande obra de la emancipación política de México, rompiendo para siempre los lazos de servidumbre que unían a esta colonia con la metrópoli española. En testimonio de verdad suscriben esta acta... Siguen las firmas que son bastante numerosas, figurando en primer término el señor gobernador del Estado, los señores D. Rafael y D. Simón Cravioto, el presidente de la Legislatura, el presidente del Tribunal Superior, los secretarios de Gobernación y de Hacienda, el Jefe Político y el Presidente Municipal".

De la mencionada acta circularon diversas copias elegantemente impresas con letras de oro, y varias personas pasaron a recoger las firmas de todos los presentes que quisieron ser partícipes del imperecedero acto, dejando sus autógrafos en el documento que quedaría en los anales de nuestra historia.

Enseguida llegó el momento culminante cuando el gobernador se levantó del sitial que ocupaba y descendió a la rampa, en cuyo fondo depositó la primera piedra, a la cual, de acuerdo con la antigua costumbre, se le adhirió una caja especial, una urna que contenía el mencionado pergamino original con el acta escrita con letras de oro; las diferentes monedas de plata y oro del cuño corriente de ese año, un calendario de los más exactos y el plano del monumento. Se dice que en ese instante "se llenaron los aires del alegre sonido de las campanas, la detonación de los cohetes, las notas del Himno Nacional y el estampido del cañón, formando estos ruidos un todo difícil de describir".

Ya para terminar el programa, se informó que el arquitecto Cayetano Tangassi sería el constructor del monumento, y éste obsequió al gobernador una copa y un cucharon de plata, verdaderas obras de arte, con inscripción alusiva al acto. Por la tarde, Tangassi invitó a pasar a su taller y dio una explicación sobre el diseño, revelando que el monumento tendría 12 metros de elevación, y la base sería de piedra Chiluca perteneciente al estado, con incrustaciones de mármol. Que se había encargado en Florencia, Italia, la elaboración de la estatua de mármol de Carrara Rotachone, de primera clase, al igual que las cuatro águilas de un metro cada una, que estarían a sus pies, y las grandes planchas de mármol con inscripciones y bajo relieves para decorar el pedestal.

Señaló que en la base habría cuatro fuentes, cada una con la figura de un insurgente, y algo importante: que al frente del monumento luciría la imagen de la Virgen de Guadalupe y de la Bandera Mexicana.

En realidad todo quedó como lo dijo Tangassi, sólo faltó la imagen de la Virgen, la cual no fue puesta arriba del nombre de don Miguel Hidalgo y Costilla, como estaba en el plano y como se dijo aquel día.

De lo anterior se desprende que a los pies de la estatua del padre de la Patria, en la cimentación, se encuentra la mencionada urna que contiene un tesoro para los pachuqueños. Fue guardada hace casi 127 años, por los hombres que dirigían los destinos del estado. Seguramente lo hicieron para que quedara constancia del tiempo, de la fecha y el motivo de la construcción del monumento, y para que en el futuro supiéramos, quienes estuvieron ahí ese memorable día. Colocaron lo que hoy se llama una cápsula del tiempo, pero no especificaron cuando se abriría.

Una acepción de la palabra tesoro dice: "Son cosas de valor que han sido escondidas y que uno encuentra por casualidad". En realidad esas cosas de valor para los pachuqueños quedaron escondidas desde hace más de un siglo, y casualmente al hacer una investigación, me encontré con esta interesante historia. Quizás al saber de la existencia de la caja, se tendría la curiosidad por ver el contenido, y por saber si en realidad permanece enterrada después de tanto tiempo, después de tantas remodelaciones. Sin embargo, como creo que la base del monumento no puede ni debe removerse por obvias razones, el tesoro permanecerá por siempre oculto, a los pies de la estatua que honra al hombre que nos dio patria y libertad, y cuyo nombre lleva nuestro Estado: Miguel Hidalgo y Costilla.

cronistadepachuca@yahoo.com.mx


Como bien apunta Sara, otras fuentes atribuyen a Juan y Manuel Islas, artistas de Real de Monte, la autoría del monumento. Posteriormente nos referiremos a esas fuentes en este mismo blog.

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